martes, 17 de julio de 2007

Post data...

Al salir de ahí, pensé en los goliardos, aquellos para quienes los placeres eran parte de la creación y otorgados por el creador para el deleite. Pensé en Adán y Eva, y en el sabor que debe haber quedado en sus labios luego de haber comido la fruta incomible. Pensé en el sabor de lo prohibido. Pensé en Ulises atado al mástil mientras lo tentaba el canto de las sirenas. Y volví a escuchar el hechizante canto desgarrado, ese que tan bien conocía y que ahora me sonaba tan distinto, tan ajeno; y nadie hubo que me atara ni tapara con cera mis oídos. Pensé en los que sucumben ante las tentaciones y me conté entre ellos. Te pensé tentación y fui feliz... Y mientras me alejaba perdiéndome en el frío, sabía que te perdía para siempre.