lunes, 10 de septiembre de 2007

Novela V

Ya saben lo que deben hacer.........POSTEAR!!!!!!


Dieciséis.
… Y otra vez es domingo. Despierto con tres llamadas telefónicas seguidas:
Uno: “Habrá que seguir juntando ganas.” (45 segundos)
Dos: “¿Vamos al asado?” (1:33 minutos)
Tres: “Aunque sé que es mejor así, a veces te echo de menos… te quiero… ¿por qué me haces sentir culpable?... eres insoportable, te odio… ya chao.” (36 minutos)
Me levanto, me hago un café y prendo un cigarro. Intento ordenar las distintas versiones que diferentes mujeres hacen de mí, pienso en las variadas expectativas que generamos en las distintas relaciones. Nunca somos la misma persona para diferentes interlocutores, me diría Sábato, mirándome con cara de “pobre imbécil”. Amante, amigo, ex esposo. Por suerte ninguna era mi madre, no hubiera sido capaz de resistir un despertar enfrentado a tanta esquizofrenia. Al rato vuelve a sonar el teléfono, es otra amiga, de esas que sólo hablan porque les da pavor el silencio. Mientras la escucho, voy terminando de despertar. Me hace reír, me relajo y termino de acomodar -del mejor modo posible- las distintas versiones que recibo de mí, dentro de este único cuerpo que poseo.
Cuelgo. Prendo otro cigarro y enciendo la radio. Nito y Charly cantan: “solamente muero los domingos, y los lunes ya me siento bien”.

Diecisiete.

Cuento: érase una vez… truz.
… que cuando se decidió a desenterrar la cabeza y por fin enfrentar lo que para todos era evidente, sintió terror… y volvió a esconderse.

Dieciocho.
Afuera hay un hermoso día de primavera invitando a la pasión de los cuerpos clandestinos.