miércoles, 5 de septiembre de 2007

Novela II.

Aquí va otro poco.........
.......Posteen, hijos de puta.......
Tres.
ELLA: ¿Alguna vez has pensado en las palabras? Son algo raro. La palabra somos, por ejemplo, es sorprendente y maravillosa: no importa cómo la leas, de ida o de vuelta, siempre dice lo mismo: somos. No importa cómo, siempre somos quien somos.

ÉL: Lo mismo ocurre con la palabra solos: de ida o de vuelta, siempre somos solos.

Cuatro.
No deja de sorprenderme la facilidad que encontró tu piel para quedarse grabada en mis manos y mis labios. No deja de sorprenderme que estés en esta casa y esta cama. No deja de perturbarme el modo en que me miras. No dejas de perturbarme, así, a secas, sin complicaciones y sin el mírame cuando te hablo.
Sencillamente cruzas la puerta y te plantas frente a mí, con la coquetería y el desparpajo de una quinceañera; decidida, pero preguntando “y ahora qué”. Y vamos mezclando miradas cargadas de lujuria con un poco de alcohol o de café o la sutil acidez de un jugo de naranja envasado. Y entre puchos y besos van apareciendo las confesiones… Pero el pensamiento se apaga, enmudece y naufraga en el fragor de los cuerpos.

Sé que te quiero
Y no puedo
Defenderme
Esconderme
De tu santo
Y ardiente corazón.

Sé que tus labios
Van despacio
En los brazos
De tu encanto
De tu santo
Y ardiente corazón.

Voy a pelearte
Revolverte
Removerte
Encenderte
Hasta los llantos
Advierte corazón.

Voy a desearte
Contra todo
Contra el lobo
Contra vuestro
Compromiso
Con el mayor dolor.

Serás la furia
De la vida
Reprimida
Consumida
Por los días
Ardiente interior. (*)

…Y no creo que me sorprenda mañana, cuando despierte aún con tu olor en mis manos.

(*)Fragmentos de “Has sabido sufrir”. Carlos Cabezas, electrodomésticos.

Cinco.
Borges comenta a propósito del amor de Dante por Beatriz y a su vez, Dante sentencia de la relación entre Francesca y Paolo Malatesta: Enamorarse es crear una religión cuyo Dios es falible.
Hace mucho que dejé de creer en virginales Beatrices o en la dulcineificación de Aldonsa. Las princesas azules deben de estar desterradas y congeladas en el fondo de algún lago del polo, muertas de frío y frigidez. Muertas de virginidad. Muertas en el eterno aburrimiento de las piernas cruzadas. Prefiero la condena de Francesca o la encendida pasión de Pasifae. No cambio a ninguna de las mujeres que he conocido y menos por alguna de esas bellas vírgenes de estantería, mujeres del se-mira-pero-no-se-toca. El amor puede ser falible, pero la carne no.

Seis.
Vivimos en un mundo donde el amor puede ser el más común de los sustantivos y el amar, el más destructivo de los verbos.
¡Basta de mamonerías! No es el amor lo que buscamos conjugar en el ritual de los cuerpos ciegos, es delirio, es vértigo, es un salto al vacío sin elásticos en los tobillos. Es entrar en un campo minado para perderse en el perfume de los cuerpos que se queman, ebullen y explotan.
¿Quién quiere trascender? Es sólo al aquí y ahora a lo que invita este cuerpo desnudo.

Siete.
En la entrada del túnel de la represa de Agoyán, en Ecuador, alguien había escrito: “Entré y nunca salí”. Respiré profundo y también entré…
Desde ese día, disfruto entrando y saliendo de todos los túneles que se me atraviesan, los reales y los metafóricos, los indefensos y los peligrosos, aquellos que van en línea recta y aquellos que a poco andar se convierten en un intrincado laberinto. En la fascinación del vértigo, la oscuridad invade todos los rincones y con la decisión de Teseo avanzo dispuesto a medir fuerzas con todos los Minotauros de la tierra. Nunca hubo hilos ni migajas con las que marcar el camino de regreso, puesto que no se entra en la noche para luego desandar lo andado. Se entra con la secreta esperanza de no salir jamás. Se entra en busca del ardor y la fiebre que nos provocan los alacranes que no vemos, pero que sentimos en nuestros pies.
Hoy me enfrenté al túnel de tus ojos y entré, y de a poco voy sintiendo los pinchazos en los tobillos y empiezo a disfrutar embriagándome de tanto veneno.

Ocho.
Aunque soy ateo recalcitrante, ando en busca de un buen abogado para el juicio final, por si acaso, por si fuera cierto y este “nosotros” terminara condenándonos a lo irremediable.

alcánzame si puedes.......